Esta entrada pertenece a una serie de publicaciones sobre cómo cuidar la barba y es el tercer capítulo. Si no has leído todavía el segundo, te recomiendo que lo hagas ahora para aprender a cómo hidratar la barba.
Peinar la barba puede ser un tema delicado, ya que cada persona tiene una forma en la cara y cada barba es diferente, pero voy a intentar tratarlo de una manera general.
Elegir el momento idóneo
Como en todas las cosas, elegir el momento idóneo para peinar la barba puede suponer la diferencia entre un buen resultado y un resultado mediocre.
Para el peinar la barba, el mejor momento es después de haber aplicado un hidratante. Los mejores hidratantes son los aceites para la barba, ya que estos aportan peso al pelo y facilitan la tarea de desenredar los nudos que a diario se producen en nuestra barba.
Esta lubricación para peinar la barba es muy importante para evitar tirones y pelos rotos, que hagan de un placentero ritual como debe ser peinar la barba, una experiencia no muy grata.
El momento que debemos evitar es justo al salir de la ducha, todavía con el pelo húmedo. En estos momentos, después de haber lavado la barba, nuestro pelo es vulnerable y corremos el riesgo de arrancarlo, perdiendo así pelos que de otra manera no perderíamos, lo que repercute directamente en el volumen de nuestra barba.
También hay que evitar peinar la barba después de usar el secador, mientras está todavía caliente, ya que al igual que con el pelo mojado, éste se vuelve débil. Conviene esperar unos minutos para dejar que se atempere.
Elegir las herramientas adecuadas
Puede parecer que un peine cualquiera nos vale para nuestra barba, pero nada mas lejos de la realidad.
El tamaño y distancia entre los dientes de un peine debe estar adecuado al tamaño y densidad de nuestra barba para obtener el máximo beneficio al peinarla. Una barba pequeña y de pelo suave, no necesitará mucho grosor ni espacio entre dientes al igual que una barba grande y densa no debería usar peines pequeños ni con los dientes muy juntos.
El material con el que son fabricados juega un papel determinante, ya que los pelos de la barba generan mucha fricción y por consiguiente, electricidad estática. Un peine de plástico barato nos va a electrizar la barba, impidiéndonos domar los pelos rebeldes, que acabarán de punta y dispersos.
Otra cosa a tener en cuenta es el acabado del peine. Un peine de plástico hecho en molde, es propenso a tener bordes afilados y dientes con marcas que van a engancharse en nuestros pelos, rompiéndolos y cortándolos y por tanto, mermando nuestra barba.
Unos de los mejores peines para peinar la barba que podemos encontrar pertenecen a la marca Kent, una casa histórica en la fabricación de peines y cepillos desde 1777. Sus peines y cepillos están hechos y pulidos a mano, evitando incidentes desagradables en nuestra experiencia al peinar.
Seguir el procedimiento correcto
La manera de peinar la barba influye mucho en el resultado final que vamos a obtener.
No puede ser un peinado agresivo, dando tirones y con pasadas rápidas. Tenemos que ir poco a poco, desenredando los nudos que nos vayamos encontrando. Para esto, la mejor manera es parar cuando lleguemos a un nudo y pasar los dedos por la zona. Luego seguimos peinando.
Con esto nos evitamos pegar tirones que, ademas de ser desagradables, casi seguro van a rompernos algún pelo.
Es importante pasar el peine por toda la barba, de arriba a abajo y de los laterales al centro. Así también vamos domando el pelo y educándolo para crecer en la dirección correcta.
Recordad que para obtener un mejor resultado, debemos ir de un tamaño de peine mayor a uno menor, por lo que si podéis empezar a peinar con un peine de esqueleto y acabar con un peine para barbas, la experiencia será mucho más óptima.